Su
fundadora, la MADRE MARIA DE LAS MERCEDES MENDEZ PEREZ GIL, quien recibió del
Espíritu Santo el don del amor a la Divina Eucaristía y el deseo que fuera
perpetuamente adorada, trabajó
incansablemente por
establecer el Instituto, consolidándolo primero como
Monasterios autónomos.
En 1897 obtuvo de
SS. León XIII la agregación a la Orden de Adoratrices Perpetuas de Roma, Italia.
Desde el
inicio del Instituto se estableció la adoración solemne y perpetua del Santísimo
Sacramento.
En 1890 se inició
la obra de la educación cristiana para contrarrestar la educación laica
decretada por las leyes de Reforma y para extender
el conocimiento y el reinado de la Eucaristía.
El
Instituto tuvo su cuna bajo el manto y protección de la Santísima Virgen de
Guadalupe.
Fue en la casa
contigua a la Insigne y Nacional Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe donde se formó y
consolidó el primer Monasterio, y de donde salieron las fundaciones para las
diversas partes de la República Mexicana.
En 1924
SS. Pío XI erigió en Congregación Religiosa de Derecho Pontificio los
Monasterios que aceptaran la unión, recibiendo el
nombre de Adoratrices Perpetuas de Jesús Sacramentado y de Santa María de
Guadalupe.
La primera
Superiora General fue la Madre Fundadora Ma. de las Mercedes de la Santísima
Trinidad (Méndez Pérez Gil), electa en el
Primer Capítulo General celebrado en 1924.
En 1930,
al celebrarse el II Capítulo General, cesa en sus funciones como superiora la
Rvda. Madre Mercedes.
Un año después, en 1931, muere la Madre Fundadora después de haber dejado establecido el Instituto como
Un año después, en 1931, muere la Madre Fundadora después de haber dejado establecido el Instituto como
Congregación
religiosa y con aprobación pontificia. Después del Concilio Vaticano II, el
Instituto, con autorización
de la Santa Sede, cambió el nombre por el de "ADORATRICES
PERPETUAS GUADALUPANAS".
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